En muchos países le llaman simplemente intercambio de regalos, pero acá es un ‘angelito’.
Es una de las costumbres más genuinas de la Navidad que tiene su origen en los regalos que, según la tradición, le entregaron los Reyes Magos al Niño Jesús en Belén. Hoy día los angelitos trascienden matices religiosos y culturales para convertirse en un clásico de la temporada.
Organizarlos es todo un arte y lograr que en la entrega final todos queden satisfechos con los regalos recibidos es una tarea ardua y delicada que muchas personas prefieren evitar.
Josefina García, el alma de la fiesta navideña en todos los lugares donde ha trabajado como pedagoga durante 35 años, los recuerda diferentes. “Han cambiado mucho.
Antes tenían otro significado y no importaba lo que te regalaran, lo importante era dar y recibir. Ahora lo primero que preguntan es de cuánto es”. García dice que tampoco se hacían muchas entregas, sólo una antes del 24 de diciembre. “Días antes los participantes seleccionaban su angelito de una funda y el día final organizábamos una fiesta para entregarlo; los regalos se ponían en el centro del salón o de la oficina y así pasábamos un buen rato, riéndonos cada vez que alguien abría su regalo”.
UNA BUENA LOGÍSTICA GARANTIZA EL ÉXITO
¿Termina el angelito y no has recibido un regalo? Puede ser una broma, pero puede ser un problema de logística también. Una buena táctica, sugiere García, es que una persona se encargue de organizarlo todo y, si quiere, no participe del angelito.
“Eso funciona muchísimo porque así ella se encargará de aclarar cualquier queja y se asegurará de que todos los participantes reciban su angelito”.
Otro aspecto tiene que ver con la discreción. “Si antes de la entrega final todos saben quién le deja a quién, el angelito pierde sabor; lo mejor es que nadie sepa nada hasta el último momento”.
Bromas clásicas de los angelitos
Con tantos angelitos organizados en su haber, lo que no recuerda Josefina García es el momento en que, en lugar de lindos presentes en las cajas y fundas de regalos, comenzaron a aparecer sapos muertos, huevos y mentas.
“Creo que empezó a ocurrir en la medida en que se hacían más largos, me imagino que la gente quería ponerle picardía cada semana al angelito y por eso lo hacen todavía. Pero hay que tener cuidado con las sorpresas, sobre todo con las personas que sufren de los nervios”, dice.
A continuación, algunas bromas y anécdotas protagonizadas por nuestros lectores durante un angelito.
¿ANGELITOS O DIABLITOS? ¡CUIDADO CON LO QUE TE REGALAN!
“La primera vez no me regalaron y yo dije: ‘Ah, ah, yo no voy a pasar vergu¨enza, no’. En las demás entregas me regalaba yo misma, cosas muy buenas, y todos estaban sorprendidos, preguntándose quién sería mi angelito. En la entrega final descubrí que mi nombre no había sido seleccionado por nadie, yo no entiendo bien lo que pasó, y pasé tremenda vergu¨enza, ¡yooooo!
MARÍA ELENA RODRÍGUEZ
“Las mujeres tienen que entender que no siempre queremos que nos regalen camisas, ni medias ni corbatas. Los hombres tenemos un bojote de eso en el clóset. Ah, tampoco sevillanas”.
MARCOS REYES
“Yo recuerdo que dejaba muy buenos regalos y a mí nadie me dejaba. El último día mi angelito me dijo que lo excusara, que no tenía dinero. Yo pensé que era una broma pero era verdad, y me quedé sin angelito”.
JOHNNY BATISTA
“Me obsequiaron un objeto erótico y no encontraba dónde poner la cara. Lo peor es que había llamado a todo el mundo para que vieran lo que me habían regalado y compartieran el momento. Cuando lo abrí casi salgo corriendo”.
BETSI TRINIDAD
“Me salió una chica de la oficina y en broma le escribí una carta de amor. El último día, al saber que le dejaba, se me tiró encima y me besó, dándome las gracias por la declaración, diciéndome que ella también estaba enamorada de mí. Nunca más he vuelto a hacer una broma”.
RICARDO CONTRERAS
“Sin mentirte, he participado como en siete angelitos y en todos me han dejado camisas, te lo juro”.
JUAN CARLOS DÍAZ
“A mí mamá le dejaron un sapito vivo el año pasado. Nos llamaron de la oficina para decirnos que estaba en una clínica porque había sufrido un pequeño infarto. Tremendo susto nos llevamos”.
LEONELA DURÁN
“Abrí el regalo y me encontré con ¡una cucaracha muerta! Casi le pongo la mano. Me lo había dejado una amiga que quería mucho. Yo le tengo asco a las cucarachas, así que nunca más volví a confiar en los angelitos y duré muchos años sin participar en uno”.
YOLI ROSARIO
“Me pusieron a dar vueltas como trompo. Mi regalo era un papelito que me iba indicando otros lugares donde podría estar el regalo de verdad. Duré la tarde entera buscándolo, de un lado a otro, el ultimo papelito recuerdo que decía: ‘Estoy donde nadie quisiera estar’. Pensaba que se refería al cementerio, pero se me ocurrió entrar al baño y allí estaba el regalo: una pasta de jabón de cuaba”.
MARIBEL ORTIZ
Sugerencias prácticas
Los nuevos en el trabajo sufren mucho durante los angelitos. Si apenas conoces a la persona a quien regalas, es mejor no gastarle bromas. Averigua con cautela sus gustos y sorpréndela con un presente agradable. Al año siguiente ya podrás gastarle bromas.
Nunca dejes de regalar, así sea una menta, porque tu angelito podría sentirse triste y no disfrutar el intercambio. El propósito es dar y recibir.
En las casas pueden organizar un angelito paralelo para los niños de la familia. De esta forma irán aprendiendo a respetar y mantener la tradición.
Los hombres prefieren que les regalen gadgets a camisas. Chequea los anuncios tecnológicos de los periódicos antes de salir a la tienda.
Comprar el regalo a última hora no es buena idea, pues al final no siempre encuentras eso que querías regalar.
Fuente: Listín Diario
Es una de las costumbres más genuinas de la Navidad que tiene su origen en los regalos que, según la tradición, le entregaron los Reyes Magos al Niño Jesús en Belén. Hoy día los angelitos trascienden matices religiosos y culturales para convertirse en un clásico de la temporada.
Organizarlos es todo un arte y lograr que en la entrega final todos queden satisfechos con los regalos recibidos es una tarea ardua y delicada que muchas personas prefieren evitar.
Josefina García, el alma de la fiesta navideña en todos los lugares donde ha trabajado como pedagoga durante 35 años, los recuerda diferentes. “Han cambiado mucho.
Antes tenían otro significado y no importaba lo que te regalaran, lo importante era dar y recibir. Ahora lo primero que preguntan es de cuánto es”. García dice que tampoco se hacían muchas entregas, sólo una antes del 24 de diciembre. “Días antes los participantes seleccionaban su angelito de una funda y el día final organizábamos una fiesta para entregarlo; los regalos se ponían en el centro del salón o de la oficina y así pasábamos un buen rato, riéndonos cada vez que alguien abría su regalo”.
UNA BUENA LOGÍSTICA GARANTIZA EL ÉXITO
¿Termina el angelito y no has recibido un regalo? Puede ser una broma, pero puede ser un problema de logística también. Una buena táctica, sugiere García, es que una persona se encargue de organizarlo todo y, si quiere, no participe del angelito.
“Eso funciona muchísimo porque así ella se encargará de aclarar cualquier queja y se asegurará de que todos los participantes reciban su angelito”.
Otro aspecto tiene que ver con la discreción. “Si antes de la entrega final todos saben quién le deja a quién, el angelito pierde sabor; lo mejor es que nadie sepa nada hasta el último momento”.
Bromas clásicas de los angelitos
Con tantos angelitos organizados en su haber, lo que no recuerda Josefina García es el momento en que, en lugar de lindos presentes en las cajas y fundas de regalos, comenzaron a aparecer sapos muertos, huevos y mentas.
“Creo que empezó a ocurrir en la medida en que se hacían más largos, me imagino que la gente quería ponerle picardía cada semana al angelito y por eso lo hacen todavía. Pero hay que tener cuidado con las sorpresas, sobre todo con las personas que sufren de los nervios”, dice.
A continuación, algunas bromas y anécdotas protagonizadas por nuestros lectores durante un angelito.
¿ANGELITOS O DIABLITOS? ¡CUIDADO CON LO QUE TE REGALAN!
“La primera vez no me regalaron y yo dije: ‘Ah, ah, yo no voy a pasar vergu¨enza, no’. En las demás entregas me regalaba yo misma, cosas muy buenas, y todos estaban sorprendidos, preguntándose quién sería mi angelito. En la entrega final descubrí que mi nombre no había sido seleccionado por nadie, yo no entiendo bien lo que pasó, y pasé tremenda vergu¨enza, ¡yooooo!
MARÍA ELENA RODRÍGUEZ
“Las mujeres tienen que entender que no siempre queremos que nos regalen camisas, ni medias ni corbatas. Los hombres tenemos un bojote de eso en el clóset. Ah, tampoco sevillanas”.
MARCOS REYES
“Yo recuerdo que dejaba muy buenos regalos y a mí nadie me dejaba. El último día mi angelito me dijo que lo excusara, que no tenía dinero. Yo pensé que era una broma pero era verdad, y me quedé sin angelito”.
JOHNNY BATISTA
“Me obsequiaron un objeto erótico y no encontraba dónde poner la cara. Lo peor es que había llamado a todo el mundo para que vieran lo que me habían regalado y compartieran el momento. Cuando lo abrí casi salgo corriendo”.
BETSI TRINIDAD
“Me salió una chica de la oficina y en broma le escribí una carta de amor. El último día, al saber que le dejaba, se me tiró encima y me besó, dándome las gracias por la declaración, diciéndome que ella también estaba enamorada de mí. Nunca más he vuelto a hacer una broma”.
RICARDO CONTRERAS
“Sin mentirte, he participado como en siete angelitos y en todos me han dejado camisas, te lo juro”.
JUAN CARLOS DÍAZ
“A mí mamá le dejaron un sapito vivo el año pasado. Nos llamaron de la oficina para decirnos que estaba en una clínica porque había sufrido un pequeño infarto. Tremendo susto nos llevamos”.
LEONELA DURÁN
“Abrí el regalo y me encontré con ¡una cucaracha muerta! Casi le pongo la mano. Me lo había dejado una amiga que quería mucho. Yo le tengo asco a las cucarachas, así que nunca más volví a confiar en los angelitos y duré muchos años sin participar en uno”.
YOLI ROSARIO
“Me pusieron a dar vueltas como trompo. Mi regalo era un papelito que me iba indicando otros lugares donde podría estar el regalo de verdad. Duré la tarde entera buscándolo, de un lado a otro, el ultimo papelito recuerdo que decía: ‘Estoy donde nadie quisiera estar’. Pensaba que se refería al cementerio, pero se me ocurrió entrar al baño y allí estaba el regalo: una pasta de jabón de cuaba”.
MARIBEL ORTIZ
Sugerencias prácticas
Los nuevos en el trabajo sufren mucho durante los angelitos. Si apenas conoces a la persona a quien regalas, es mejor no gastarle bromas. Averigua con cautela sus gustos y sorpréndela con un presente agradable. Al año siguiente ya podrás gastarle bromas.
Nunca dejes de regalar, así sea una menta, porque tu angelito podría sentirse triste y no disfrutar el intercambio. El propósito es dar y recibir.
En las casas pueden organizar un angelito paralelo para los niños de la familia. De esta forma irán aprendiendo a respetar y mantener la tradición.
Los hombres prefieren que les regalen gadgets a camisas. Chequea los anuncios tecnológicos de los periódicos antes de salir a la tienda.
Comprar el regalo a última hora no es buena idea, pues al final no siempre encuentras eso que querías regalar.
Fuente: Listín Diario
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