Thursday, November 11, 2010

Me lancé formalmente en el 2006. Cuando empecé lo único que tenia en mi cabeza era el sueño de crear un imperio, sueños grandes que a medida que van aterrizando y se van internando en la realidad te vas dando cuenta con el tiempo que hay ciertas cosas que debes tener en cuenta para que un negocio funcione, si en términos de diseño, pues todo negocio se mide por el dinero que genera y los empleos que pueda producir. Muchas veces nosotros como artistas tenemos una visión fantasiosa donde solo estamos nosotros y nuestro producto, nos encerramos en una sola cosa y no hay quien nos saque de ahí.

En estos 4 años he aprendido enormemente siguiendo un camino lleno de obstáculos, no solo exteriores sino interiores, pues estoy firmemente convencida que el negocio del emprendedor está intimamente conectado con la voluntad y la firmeza que le da el emprendedor y el camino que está dispuesto a recorrer.

Hago este preambulo, porque me han pasado cosas muy curiosas en estos días, personas que me contactan para que les hable un poco más de mi trabajo, colegas que se acercan para preguntarme donde compro tal o cual cosa, o personas que simplemente compran lo que hago para desenmarañar mi estilo de trabajo.

Por un lado me siento super halagada, porque eso quiere decir que estoy marcando una pauta en el mercado de lo hecho a mano y pongo a funcionar fórmulas peligrosamente creativas que otras personas no se atreverían a hacerlo, pero por otro lado me preocupa que personas que tienen el deseo y el talento de hacer buenos trabajos se estén dejando llevar por el camino fácil de preguntar a otros por las fórmulas que utilizan para su trabajo, eso me dice que en verdad no están dispuestos a crear su propio camino o su propio estilo.

Recuerdo que cuando me empezó a picar el gusanillo de la curiosidad por allá en el 2003,  llegó  a mis manos una invitación, que me acuerdo como ahora era del tema del circo, con la cual quedé deslumbrada, para mi sorpresa tenia el teléfono de la persona que las hacia detrás y teléfono en mano la llamé para preguntarle inocentemente si podía darme algunos datos de cómo comenzar, nunca se me olvida el boche que me echó, diciendome que cómo tenía las agallas de llamarla para preguntarle esas cosas. Aunque nunca trato a las personas que me llaman así, juré que iba por mi misma a construir mi camino de clientes, proveedores, materiales, etc! así que puse manos a la obra, me suscribí a revistas, busqué en internet, visité tiendas y hasta el día de hoy sigo en la búsqueda de nuevas cosas, que me generen nuevas ideas.

A todas ustedes que se me acercan, no lo dejen de hacer cuando tengan una duda, pero si les recomiendo que al final de todo lo que habla es el trabajo, es el amor que se pone en cada idea, en cada detalle, constancia, disciplina y practicar la originalidad en cualquier cosa que se haga :)






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